domingo, 27 de noviembre de 2011

Pájaro azul




Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo: quédate ahí dentro, no voy
a permitir que nadie te vea.

Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir 
Pero yo le echo whisky encima y me trago
el humo de los cigarrillos,
y las putas y los camareros
y los dependientes de ultramarinos
nunca se dan cuenta
de que esté ahí dentro.

Hay un pájaro azul en mi corazón que
quiere salir
pero soy duro con él,
le digo: quédate ahí abajo, ¿Es que quieres
hacerme un lío?
¿Es que quieres mis obras?
¿Es que quieres que se hundan las ventas de mis libros
en Europa?

Hay un pájaro azul en mi corazón
que quiere salir
Pero soy demasiado listo, sólo le dejo salir
a veces por la noche
cuando todo el mundo duerme.
Le digo: ya sé que estás ahí,
no te pongas triste.
 
Luego lo vuelvo a introducir,
y él canta un poquito
ahí dentro, no le he dejado
morir del todo

Y dormimos juntos así
con nuestro pacto secreto
y es tan tierno como
para hacer llorar
a un hombre, 
pero yo no lloro
¿Lloras tú?
Charles Bukowski

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Fuera de los brazos de un amor...




Fuera de los brazos de un amor
y ya en los brazos de otra.

Me he salvado de morir en la cruz
por una dama que fuma marihuana
escribe cantos y cuentos,
y es mucho más amable que la última,
mucho mucho más amable,
y su sexo es tan bueno o mejor.

No es placentero ser puesto en la cruz y dejado ahí,
más placentero es olvidar a un amor que no cumplió.
Como todo amor 
finalmente no perdura...

Más placentero es hacer el amor
en la playa del Mar
en la habitación 42 y después de todo
sentado en la cama
tomando buen vino, hablando y tocando
fumando.

Escuchando las olas...

He muerto muchas veces
creyendo y esperando, esperando
en una habitación.
Contemplando un cielo raso agujereado
esperando la llamada, una carta, un golpecito, un sonido...

Volviéndome salvaje adentro
mientras ella bailaba con extraños en clubes nocturnos...

Fuera de los brazos de un amor
y ya en los brazos de otra
No es placentero morir en la cruz,
más placentero es escuchar tu nombre
susurrado en la oscuridad.
Charles Bukowski

domingo, 13 de noviembre de 2011

Las bombas caerán




Cuando el miedo ya no es suficiente incentivo para seguir con la eterna lucha, y todas las puertas que has cerrado con tanta fuerza y determinación gritan para ser abiertas. Las voces llaman, desde lejanas orillas, los cabellos negros flotan como en el agua, ocultando sus grandes ojos abiertos al terror y al miedo, los dientes agudos y afilados cortando carne, hueso y nervio, bebiendo sangre a grandes sorbos... no les abras.
 
Cuando la vida no escatima en gastos para sorprenderte de las formas más horrendas, abres la mano para tu limosna, y preparas tu estómago para el hambre atroz. La gran conspiración te rodea, todo está en tu contra. Ya no hay juicio ni condena, todos abrazan ya a sus seres más queridos, pero la sombra los ahoga... con vehemencia.

Y llegó así la apoteosis de nuestro nuevo mundo, con catastróficas visiones, con hondos suspiros, llantos y lamentos desde el má allá. El hombre vuelve al suelo sobre sus cuatro patas, el perro en serpiente se torna, ninguno de los dos se asombra... el destino aguarda.
Cenizas a las cenizas.

sábado, 5 de noviembre de 2011

La letra pequeña




El olor de la leña ardiendo repartido a los cuatro vientos desde las cumbres, mi aliento en las calles vacías de gente,  la lluvia. No pierdo hoy, perdí ayer, tu botón de nácar, tus pestañas frías, tus pies helados…  gané al viento que empuja al caminante hacia una especie de victoria oscura. Me quita el sueño y empiezo a contar mis pasos, ya llevo dieciocho, diecinueve, veinte… el sobre se cae de la mano y volando alto se despide con su pañuelo rojo manchado de cortesía.

Recuerdos que se van, otros nuevos llegan, con paso firme, con voces lejanas henchidas de paz, algunos corazones valientes, sin heridas… es precioso. Como un desfile lo siguen, con tambores y trompetas, al amante fénix resurgido de sus propias cenizas. Los locos enlazados por las manos sin miedo a la cura, sin niebla, con hogueras de sonrisas.


En el mundo donde la eterna lucha acabe yaceremos al fin. Con el saludo de nuestra piel en una sala oscura, atentos a nuestros medios susurros, sumidos en el eterno abrazo y nuestra memoria insondable.

El paso se abrió tras la clave de fa y ahora los leones lo guardan, pero no moriremos solos.