viernes, 28 de octubre de 2011

Delfines




Nos hicieron creer que el “gran amor”,
sólo sucede una vez,
generalmente antes de los 30 años.
No nos contaron que el amor
no es accionado,
ni llega en un momento determinado.
Nos hicieron creer que cada uno de nosotros
es la mitad de una naranja,
y que la vida sólo tiene sentido
cuando encontramos la otra mitad.
No nos contaron que ya nacemos enteros,
que nadie en nuestra vida merece
cargar en las espaldas
la responsabilidad de completar
lo que nos falta.
Las personas crecen
a través de la gente.
Si estamos en buena compañía
es más agradable.
Nos hicieron creer en una fórmula
llamada “dos en uno”:
dos personas pensando igual, actuando igual…
que era eso lo que funcionaba!
No nos contaron que eso tiene un nombre:
anulación.
Que sólo siendo individuos
con personalidad propia
podremos tener una relación saludable.
Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio
y que los deseos fuera de término,
deben ser reprimidos.
Nos hicieron creer que los lindos y flacos
son más amados.
Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula
para ser feliz, la misma para todos,
y los que escapan de ella
están condenados a la marginalidad.
No nos contaron que estas fórmulas
son equivocadas,
frustran a las personas, son alienantes,
y que podemos intentar otras alternativas.
Ah, tampoco nos dijeron que nadie
nos iba a decir todo esto:
cada uno lo va a tener que descubrir solito.
Y entonces,
cuando estés “enamorado de ti mismo”
podrás ser feliz
y te enamorarás de Alguien.
Vivimos en un mundo
donde nos escondemos para hacer el amor
aunque la violencia se practica a plena luz del día.
John Lennon


lunes, 24 de octubre de 2011

Damp Proof





Se oyen la caja y sus cerillas, la explosión que precede a la luz del fuego danzando en la oscuridad, funciona.
Va siendo la hora de reconocer tus enormes éxitos, me ayudaste mucho en aquel entonces y lo mismo haces ahora, con tu extraña mezcla de ímpetu y desolación. Aún recuerdo cuando nos peleábamos en el recreo, ¿Te acuerdas del día en el que me hiciste más daño de la cuenta? desde entonces me duele justo ahí, bajo las costillas. Ahora te peleas con otros, ya me has olvidado, tan pronto…
No hace tanto pintamos los suelos de las calles de rojo, como el color de la sangre, decías... ¿Sabes? no me gustó que me quitaras a mi chica, eso fue un golpe bajo, no vino al caso y no tenías derecho. Yo tengo derecho a la resignación. Ahora dormimos todas las noches juntos, nos guardamos las espaldas, vivimos nuestro mundo bajo las sábanas. A mí me cuentas tus problemas de tías que nunca entenderé hasta que me dejas dormido. Sabes que mañana te tocará a ti, y yo te contaré los problemas de verdad.

A veces me traicionas, me dices que soy como una mierda pinchada en un palo en mitad del espacio, que nadie notará mi ausencia si me fuese a por tabaco y no volviera, como hizo tu padre, que estoy amargo. Y sabes que eres lo mejor que me ha pasado.
Cada mañana al despertarme, me toco la espalda, y encuentro un cuchillo clavado con una nota escrita en un papel arrugado, en la que dices todo lo que me odias, y las cosas en las que fallé anoche. Estoy con gente a la que no soporto, me obligas a verte con tíos a los que no conozco, mucho mejores que yo, eres inaguantable.

Y yo, en muestra de infinita gratitud, te ofrezco la mejor de mis sonrisas.


martes, 11 de octubre de 2011

Canto III




Por mí se va a la ciudad del llanto;
por mí se va al eterno dolor;
por mí se va hacia la raza condenada:

la justicia animó a mi sublime arquitecto;
me hizo la Divina Potestad, la Suprema Sabiduría,
y el primer Amor. Antes de mí no hubo nada creado,
a excepción de lo inmortal, y yo duro eternamente.

¡Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!



Dante Alighieri, La Divina Comedia