sábado, 10 de septiembre de 2011

Puzzles





Las personas son piezas en un gran puzzle, y como en todo puzzle, hay muchas:
Son las piezas más importantes las que no podremos sustituir, son padres, hermanos, amigos si la amistad es verdadera, amores platónicos ¿Por qué no? Todos forman lo más importante, los ojos de un retrato, un barco gigantesco perdido en el mar…
Después hay un gran grupo, no se diferencian mucho entre ellos, pero en conjunto forman cosas importantes, el cielo azul, la hierba, las copas de los árboles… son personas camufladas, de no demasiado valor. Algunas más brillantes que otras, dependiendo del tono, suelen creerse más relevantes de lo que en realidad son, y solo porque ocupan la mayor parte del puzzle, son la gente en general.
No nos olvidemos de las piezas especiales,  los detalles de cada puzzle, un pájaro en mitad del cielo, un rayo lejano en la tormenta… son personas fácilmente reconocibles, por su talento, por su capacidad de arreglar grandes fallos. Son las que hacen de cada cuadro un mundo totalmente distinto a otro, por desgracia estas piezas a veces se pierden, porque son muy pocas y tienden a marginarse, pero si no las encontramos… pronto nos daremos cuenta de que hay un hueco vacío que salta a la vista.

Piezas de recambio, por supuesto, siempre deben estar ahí, no encajan como deberían porque no pertenecen a ese puzzle desde el principio, pero si las cuidamos y les damos una oportunidad nos demostrarán la utilidad de lo cotidiano, de lo normal, el día a día. Es importante no confundirlas con otras, muy parecidas. Son las deformes, porque alguien se sentó encima y las dobló, o porque la lluvia cayó sobre ellas… estas piezas se encargarán de que las de su alrededor no funcionen, y pueden llegar a destruir puzzles enteros.

Las inseparables… a veces, cuando abrimos la caja, algunas piezas vienen juntas, y las separamos porque es divertido hacer el puzzle al completo, pero esas piezas vuelven a reencontrarse tarde o temprano en el lugar más insospechado. Además suelen venir acompañadas de alguna historia incoherente y absurda, señales de algo especial.

Y entre tanta pieza y tanto puzzle reina el siempre presente caos, y podemos encontrarlo, por ejemplo en algo que no debería estar ahí, son las piezas perdidas, extraviadas de otros puzzles, otros mundos. Es complicado tratar con esta clase de pieza, son un reto, aunque aparenten ser piezas como las otras encontraremos siempre en ellas algo desconcertante, extraño. Y en nuestras manos está aceptarlas tal y como son o tirarlas a la basura, porque su simple presencia en este puzzle ya está fuera de lugar.

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