viernes, 29 de julio de 2011

Cuando vinieron




Nos hacíamos viejos, y feos, nos hacíamos más sabios que las montañas, el frío llegaba y nos calaba hasta los huesos. Y ahora estamos frente al pálido rostro de la Luna, mirándonos con ojos vidriosos, enlazadas nuestras manos, y nosotros, felices de vivir en el culo del mundo.

Y hasta ahí recuerdo, después llegaron, ellos con sus luces y sus ruidos infernales, con palabras tranquilizadoras, para que te dejase ir, porque tú eres especial, ya sabes. Te llevaron entre sus sonrisas y mis lágrimas, después el tiempo intentó hacer de las suyas, ya ves lo que pasó.
 Y por todo lo que ocurrió vengo ahora, siguiendo las huellas del camino, las que dejaste,  y es para traerte a casa, porque es demasiado tarde como para cometer más errores, porque te echo de menos, porque te estás volviendo…  un poco azul.


martes, 26 de julio de 2011

Cien años, un instante




No me importa nada de lo que ocurra. Me siento bien, por encima de todo y, ante la duda, lo quiero todo. Esto no es porque me lo merezca, si no porque me da la gana. Así, sin más. Pelear es siempre duro, pero tiene la recompensa de sentirse bien. Querer incondicionalmente, sin restricciones, sin limitaciones. Y a la mierda, que en el cielo no queda sitio para nadie. Prefiero el calorcito, ahí abajo. Así que dame más besos, déjame que me pierda en ese cuerpo de barro, hecho de sexo y hueso duro.

Aquí, con el alma en carne viva, dejándome hacer todo lo que tú quieras. Sabes que te tengo miedo, pero puedo con ello, por encima de estas tonterías. Y, al final, corrernos despacito en un aullido de silencio y, para siempre, hacer lo que queramos bajo el velo codicioso de unas nubes indiferentes.

Qué hijos de puta, la verdad. Creando envidias a nuestro paso, irrumpiendo de esta forma tan inútil en todas las cenizas que voy resucitando.

Qué malo soy, qué poco me importa.

lunes, 25 de julio de 2011

La casa de las cabezas colgantes




Entraba en aquella casa, como el pez hacia el anzuelo, desde las paredes, un olor extraño y desagradable decoraba con torpeza y falsedad aquel ambiente… supuestamente familiar. Todo estaba lleno de lujos, pocas cosas antiguas, no había historias que contar de aquel sitio, era un lugar de paso.

Los ojos de animales disecados miraban horizontes invisibles, sus cabezas son lo único que quedó de ellos, y yo, como un fantasma entre los pasillos lo miraba todo, con ojos curiosos, y con pasos pequeños.

Al fondo comían algo espantoso, para variar, bajo las cabezas, en el salón henchido con el aliento de la muerte, la vergüenza del deseo, y la certeza de ser las mejores personas del mundo.


viernes, 22 de julio de 2011

La vida




El mañana y el mañana y el mañana avanza en pequeños pasos, de día en día, hasta la última sílaba del tiempo recordable; y todos nuestros ayeres han alumbrado a los locos el camino hacia el polvo de la muerte... Extínguete, extínguete, fugaz antorcha!... ¡La vida no es más que una sombra que pasa, un pobre cómico que se pavonea y agita una hora sobre la escena y después no se le oye más...; un cuento narrado por un idiota con un gran aparato, y que nada significa!...



sábado, 9 de julio de 2011

Disculpen las molestias


Hoy he empezado a escribir sin darme cuenta de que el teclado estaba ligeramente desplazado hacia la izquierda, y al levantar la vista hacia la pantalla tras leer aquellos intentos de palabra caí en la cuenta de que tengo la cabeza en la isla misteriosa por lo menos.
Siento no escribir nada bueno ni nuevo últimamente, estoy centrado en nuevos proyectos que me gustaría enseñaros, pero eso requiere tiempo y sobre todo ganas.
Con un poco de paciencia volveremos a salvar el mundo, así que no os preocupéis.

Sois luciérnagas en el conticinio.

viernes, 8 de julio de 2011

Roy Batty





Es toda una experiencia vivir con miedo, ¿verdad?.
Eso es lo que significa ser esclavo.

Yo he visto cosas que vosotros no creeríais.
Atacar naves en llamas en el cielo de Orión.
Brillar Rayos C en la oscuridad,
cerca de la Puerta de Van Hauser.

Todos esos instantes se perderán en el tiempo,
como lágrimas en la lluvia.

Es hora de morir 

martes, 5 de julio de 2011

Si, por eso




Puedo ver la mueca de tu sonrisa aunque estés de espaldas, puedo ver cada vello erizado buscando una luz que no hay,  se que te gusta lo que ves, y aunque sea poco, no hace falta que me lo ocultes.
A partir de ahora puedes mirarme cuando esté desnudo, también cuando esté dormido, puedes dormir conmigo en las noches más largas. Pero no me toques con esas manos, que nunca cogen uno de mis libros, ni alzan la pluma aunque solo sea para escribirnos unas líneas que nos conmuevan a la luz de las velas.
Eres mi alumna favorita, y no por tu brillantez, sino por lo contrario, porque me gusta tu ingenuidad, porque escasea en las personas como tú.
Porque así… podré enseñarte a que me enseñes todas las cosas que no se, que por suerte son muchas.

viernes, 1 de julio de 2011

De noche




Ayer dormía, envuelto en mi ya reconocida segunda piel, una vieja manta naranja que el tiempo ha convertido en harapo, y hoy despierto.
Tumbado en un trozo de tela que une los dos árboles de un patio de muros altos, parado de repente en el vagón del espacio y las vías del tiempo, por fin nada en lo que pensar.
Estando ahí miro al cielo y mi vista va a encontrarse con un pájaro oscuro, quieto, suspendido en el aire como una cometa, esas que de pequeño me asustaban por miedo a salir volando, con la luz del Sol brillando azul en sus alas. Y el cielo, inmenso en el papel que adopta, de fondo inmejorable, es magnífico.

Ahora comprendo por qué son los muros altos, por qué veo solo el cielo, el pájaro y unas pocas ramas… todo esto es necesario para que no me horrorice ni me espante, por ver el mundo en el que vivo, el que me rodea, mientras yo huyo, no vaya a ser que por algún motivo me alcance.